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La sociedad Hispano Suiza replegó su activo, personal y material, a la más humilde fábrica de Hostafranchs tras la venta de La Sagrera a ENASA.
Por mediación de la distribuidora Harry Walker se fabricaban en esos talleres, bajo licencia, los motores Villiers ingleses.
HISPANO VILLIERS S.A. (según B.O.E. de fecha 19/01/1950) solicitaba permiso de nueva industria para la producción de velomotores y pequeños motores
para usos industriales y agrícolas.
El primer motor no salía hasta dos años después, muestra de la preocupación tanto por ofrecer un producto de primera calidad como por salvaguardar
el buen nombre de la licenciataria.
Hasta entonces, Hispano Villiers importó los motores necesarios para ir abasteciendo el mercado autóctono, como tiempo atrás ya lo había hecho la propia
Harry Walker.
Según el B.O.E. de 24/11/1956, el capital se amplió a 24 millones de pesetas y posteriormente hasta los 36, con una plantilla de 275 empleados.
El éxito alcanzado con su popular tipo 6M de 197 cc, que motorizó en los años 50 a gran número de motocicletas, microcoches y motocarros, animó a los
responsables a lanzar en 1956 una microfurgoneta dotada de un propulsor sencillo y experimentado, pero con algunas soluciones técnicas realmente
inhabituales en este tipo de vehículos.
El primer dibujo de su publicidad, me recuerda a otra furgoneta…
Es tan solo una hipótesis el pensar que existía un cierto grado de frustración heredada de la venta de las instalaciones de Hispano Suiza y se quisiera volver a
fabricar vehículos completos por pequeños que fueran.
El nombre de F.H. (Furgoneta Hispano S.A.) era ya un primer compromiso, al no resultar a priori involucradas ni Hispano Villiers ni Hispano Suiza.
Un primer prototipo en forma de pequeña furgoneta cerrada (que nos muestra Rafa) rodaba ya en 1955 y por las fotos de época sirvió como laboratorio de
ensayos y vehículo publicitario, con la leyenda de la marca pintada en ambos costados del que no conozco ningún otro ejemplar fabricado en serie.
El bastidor era muy sencillo, con dos largueros principales que se mantenían paralelos hasta superar el tren trasero y convergentes según se acercaban al motor,
situado en la parte delantera.
Desde el punto en que comenzaban a estrecharse, partían unos refuerzos en forma de “L” que lograban la cuadratura del chasis.
En esa parte anterior estaba uno de los conjuntos más logrados y sofisticados montados nunca por un microcoche, la suspensión delantera.
Estaba formada por cuatro brazos basculantes en los que se acomodaba un resorte helicoidal trabajando a compresión y que, sin duda, recordaba a la suspensión
independiente del H.S. A-11, pero miniaturizada. La trasera, más convencional, apelaba a ballestas semielípticas.
Otra característica nada común a lo habitual por aquel entonces, eran los cuatro frenos de disco disponibles para detener su escaso (en comparación) peso.
La producción se estructuró en tres tipos de carrocería (con sus correspondientes variantes) y dos tipos de motor, el inicial de 197 cc (1956) y el bicilíndrico
de 325 cc (1959) que tan sólo se comercializó un par de años, siendo el modelo denominado F2 197 el más popular y el de mayor producción, luciendo diversas
cajas de carga que muchas veces se hacían a medida del comprador, o no pasaban a la producción en serie, como el pick-up metálico.
El furgoncito F4 (furgoneta “F” y rubia “R”) se difundió en menor número y la jardinera F4 se hizo con vistas al paseo de visitantes por ferias, parques y salones
de exposición así como alquiler en zonas turísticas de la costa, siendo con diferencia el modelo menos difundido.
Este segundo tipo de carrocería estaba inspirado en el Fiat Nuova 500, sucesor en Italia del popularísimo Topolino.
Ante el retroceso experimentado en la demanda de motores Hispano Villiers por la evolución del mercado, se pensó en varias alternativas para dar salida a las
unidades acumuladas, como la motocicleta Dusco.
Otras actividades paralelas completaron la actividad de la filial de Harry Walker, fabricando motores estacionarios en diversas configuraciones de número de
cilindros y ciclo de dos o cuatro tiempos, el prototipo (1962) de un pequeño 50 cc pensado para los cada día más abundantes ciclomotores que no llegó a la
serie y por último los diesel Lombardini con diversas aplicaciones industriales, para lo que se construyó una nueva factoría en Rubí (Barcelona), cambiando el
nombre de la razón social por el de Hispanomotor S.A.
Un saludo,
Miguel
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