....Viene de Fotos de Pegaso Europa.
En 1981 tras sacar el estaño al Europa durante 6 años, Juan decidió cambiarlo por un camión que le ofreciese más capacidad de carga y así lo hizo. Se fijó en el que por entonces era la sensación y tenía en el momento el título de "Superventas" de Chrysler, ni más ni menos que un Dodge 300, en concreto el modelo C 2626 Turbo 300 2x6 "doble dirección" y motor de 272 CV, un "pepino" de camión.
Pero Juan encontró un problema inesperado, no obtuvo Tarjeta de Tranasporte Nacional para 26 Tn. así que tuvo que conformarse con una Comarcal "redonda" (provincias coolindantes) que eso sí, la registó en Cordoba para así, a pesar de perder Albacete como destino, ganar Sevilla y Málaga que eran puntos más fuertes de carga y descarga. Poco tiempo despues Juan ganó una Tarjeta Nacional de pesados en el sorteo de tarjetas que ya sí, le permitía viajar a toda España para transportar todo tipo de mercancías.
En la foto, podemos ver este precioso Dodge con su color beige, típico de estos camiones, y unas franjas marrones que realzan la bella estética de la cabina Cp-75, así como el emblema central en plata de Chrysler. La gran caja de cereal basculante aparece nuevamente, pintada con los colores de la NUTROTÓN; verde con una franja amarilla.
Tras cerrar a principios de los 90 la fábrica de piensos de IJINASA, Juan siguió con su Dodge dedicandose a otras mercancías. Le pintó la caja en color gris azulado con una franja marrón, siendo éstos colores más acordes con los de la cabina.
A partir de entonces Juan A. Martos "Urtain" se dedico casi por completo a un solo cliente, un almacén de bebidas al cual, le traía todos los productos, principalmente cerveza desde la fábrica "El Alcázar" de Jaén, actual Cruzcampo y que para su edad y ya acomodado económicamente, le suponía dar solo dos viajes o tres a la semana.
Juan mantuvo impecablemente, todo hay que decirlo, su Dodge durante 22 años hasta que en 2003, a un año de la jubilación, transfirió la tarjeta al Estado y el "doble dirección" fue dado de baja, aun así, fue vendido (sin papeles) a un cotijo para trabajar dentro de la finca. No os podéis imaginar cómo se fue, estaba casi tan reluciente como cuando lo compró nuevo y quizas aún hoy, siga trabajando. Era duro como una piedra.
FIN