Bueno, pues tras el viaje de vuelta, descansar un poco y volver a la rutina, no me queda más que agradecer a los organizadores, con Luis y su familia a la cabeza, el poner a disposición de los aficionados sus vehículos y, sobre todo, el trato dispensado.
Tras un fin de semana de estos yo necesito poner un poco en orden mis ideas antes de tener el teclado delante y ponerme a escribir. Luego tocará revelar los carretes, ordenar las fotos, escanearlas y "colgarlas". Compartir un par de días con aficionados a los camiones clásicos, con el "valor añadido" en este caso de intercalar en las conversaciones temas relacionados con la feria y conocer personas vinculadas a este mundo, con un refresco en la mano, para mí vale más que cualquier otra cosa, no se me ocurre con qué compararlo. Y digo lo del refresco en la mano porque me tocó conducir... mis amigos de Zaragoza no se van a creer que en un fin de semana "de fiesta" no me tomase ni una sola cerveza, ni el pacharán de después de comer y de cenar. Esta vez sólo fui de copiloto en la vuelta que Luis me dio alrededor del polígono en su ya mítico Pegaso.
Conforme revele las fotos iré ordenando los recuerdos, para no dejarme nada en el tintero. No me voy a extender en lo que supone volver a ver a Michel (Mortadelo), Carlos-Pello y David Garrido, Begoña y José Miguel... o conocer "en persona" a otros amigos con los que solo habíamos hablado algo a traves del "ciber-espacio": Guillermo (Milú) o Xavier Maluquer, de quien me sorprendió su juventud. Yo creía que Xavi debía ser un "señor mayor" que había vivido la época de Nazar en primera persona.
Destacar también la amabilidad de don Teodoro Jiménez, "cabeza visible" del Grupo Jiménez, al frente de la empresa a sus 86 años... como le dijimos en persona, a ver si llega a alcanzar a don Moisés Calvo (y nosotros que lo veamos). Nuevamente, gracias a Luis por ponernos en contacto con él.
Me dejo muchas personas y cosas en el tintero: el taller de Orestes, las fiestas de Arnedo, la maqueta en 1/43 del camión de Luis realizada por Jon (y la mía sin acabar...), pero tampoco es cuestión de marear a nadie con tanta letra.
Reitero mi agradecimiento a todo el mundo, pero en especial a Luis y su familia, por abrirnos las puertas de su casa.
Hasta la próxima.
|