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Uno de los temas que más me gustan en fotografía, son los niños y su entorno.
En concreto, los niños con juguetes (con coches de pedales en especial…) y subidos en atracciones de feria.
Aquellos carruseles o tiovivos cuajados de coches, camiones, autobuses, motos, aviones.
Lo mejor de todo (eso no se ha perdido con el tiempo) es que cada plaza llevaba su propio volante y así todos podíamos “conducirlo”.
Esta mañana me he encontrado con esta, sin constancia de su ubicación.
Fechada en enero de 1957, esta criatura se dispone a subir (o acaba de bajar) de ese tranvía, trolebús o autobús de Barcelona, que recorría el trayecto de
Urquinaona a Maragall.
Lástima que el fotógrafo no ampliara el campo y nos lo hubiera dejado ver al completo.
Un saludo,
Miguel
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