Una de las cosas que más me gustaron de Cuba fueron los automóviles. Automóviles antiguos, hechos y rehechos mil veces. Mestizos, híbridos, mutantes; fruto de la necesidad y del ingenio.
Normas y homologaciónes técnicas son inimaginables en un país que ha tenido que apañárselas por su cuenta. He ahí la belleza del asunto. Cada artilugio rodante es un ejemplar único y singular, con historia.
Los míticos "almendrones" restaurados no están mal. Ya sabéis, muy relucientes y engominados. Pero me parecen una cursilada "vinatge" en comparación con estos trotamundos de mil leches.
Aquí tenemos una camioneta con carrocería de Buick del 48. Playa Ancón, Trinidad (Cuba), 2008.
Buick 48 por
"Martini", en Flickr
Éste otro tiene algo de Chrysler del 54, pero véte a saber cuántos órganos prestados lleva este Frankenstein sobre ruedas. Bellísimo. Habana Centro (Cuba).
Chrysler 54 reinventado por
"Martini", en Flickr
Éste creo que es un GMC del 51. Fijaos en que se mantiene con ruedas simples en el eje trasero. No había problemas de aparcamiento en Cayo Jutías, Pinar del Río (Cuba).
Caribe por
"Martini", en Flickr
Saludos caribeños