Vuestros argumentos, Sr. Garriga y Toni, son desde luego muy respetables también, pero resultan fácilmente rebatibles. Los coches y las carreteras son mucho más seguros que en el pasado, y esto es perfectamente constatable de una mera observación de los avances tecnológicos, que no vamos a enumerar aquí para no extendernos. El valor de la vida de las personas no puede medirse bajo parámetros técnicos, sino desde una perspectiva moral, social e histórica, y es también evidente en este sentido que la vida humana vale y se aprecia más hoy que en el pasado, pongamos en la época de los romanos o en la Edad Media. La vida de una persona vale hoy lo mismo, mucho o poco, independientemente de que esa persona vaya subida en un automóvil, en la montaña rusa de un parque de atracciones o en una nave espacial rumbo a la Luna, tres artilugios muy diferentes pero que encierran un peligro cierto. Automóviles, montañas rusas y naves espaciales son hoy más seguros que ayer, pero menos que manaña. Evolucionan. Como ha evolucionado la especie humana desde la Edad de Piedra, no físicamente quizá, pero sí psicológica, cultural y tecnológicamente. Un hombre de las cavernas no habría podido conducir un automóvil, subirse en una montaña rusa o pilotar una nave espacial. Simplemente, no estaba preparado para muchas más cosas que hacer fuego frotando dos palos y cazar animales con lanza. Las carrocerías de los automóviles por supuesto que han evolucionado también, ahora se deforman en caso de impacto de manera menos invasiva para los ocupantes del vehículo, los materiales son menos agresivos, existen los airbags, etc., etc. Hace treinta o cuarenta años un golpe o una salida de la vía a unos modestos 100 km/h. era mortal casi siempre o causaba graves lesiones a las víctimas. Ahora, dependiendo de las circunstancias, no lo es necesariamente. Pero seguimos teniendo unos límites de velocidad arcaicos, y no porque se pretenda con ellos preservar la seguridad de las personas, sino por un pudor paternalista de las autoridades, que asocian velocidad con libertinaje. Sin embargo es bien sabido que la mayoría de los accidentes mortales no se producen por exceso de velocidad, sino por otros factores diferentes. Incluso buena parte de estos accidentes mortales suceden muy por debajo de las velocidades legales. Sinceramente, no creo que nadie que circule en razonable estado de salud y concentración por una buena autopista o autovía, con poco tránsito y en condiciones meteorólogicas y de visibilidad óptimas a 180 ó 200 km/h. con un automóvil moderno esté tentando a ninguna suerte ni vulnerando ningún escudo de protección, propio o ajeno. Y sin embargo para las autoridades de tráfico es un criminal y puede ir (y de hecho creo que ya van) a la cárcel. Es un puritanismo absurdo y regresivo. ¿Vamos a volver a la época de las cavernas o por lo menos a los orígenes de la automoción, cuando los coches no podían pasar de 30 km/h. circulando por carreteras de tierra? ¡Seamos serios! Yo no me identifico ni defiendo necesariamente todos los contenidos del video. Yo no propugno la barra libre en la velocidad (aunque si los alemanes pueden, no veo porqué nosotros no, ¿o es que vamos a ser europeos para lo malo pero no para lo bueno?). Pero no nos quedemos con lo accesorio del video, sino con sus mensajes fundamentales: la DGT es una empresa, y como toda empresa en un sistema capitalista, su único objeto es lucrarse. A la DGT le interesa menos que descienda el número de víctimas que ver incrementados sus ingresos, y aún así falsifica las estadísticas para ponerse la medalla de que ha bajado el número de muertos en la carretera. A la DGT no le preocupa lo más mínimo si los españoles conducimos mal, al contrario, mejor para ellos, así nos pueden advertir y amonestar con mayores motivos. "No podemos conducir por ti", era uno de sus esloganes de no hace mucho. Eso es lo que les gustaría a las autoridades en el fondo, que los españoles perdiésemos también el derecho y la libertad de conducir, una de las pocas libertades vigiladas y bajo fianza que nos van quedando. Basta ya de hipocresías. Las leyes existen y si no las cumples te castigan, pero eso no significa que sean justas ni se acomoden a los tiempos y a la sociedad. Si algún día necesitan limitar la velocidad en las autopistas a 60 kms/h. por los motivos que les vengan en gana, lo harán y todo el mundo agachará la cabeza y dirá que hay que cumplir la Ley y que lo hacen por nuestro bien, y que es beneficioso, y otros tantos argumentos disparatados, como sucedió hace poco cuando bajaron el límite a 110. Y si quieren hacernos pasar por el aro de que los burros vuelan, pues todos acabaremos convencidos de que los burros vuelan. Pero no. Esto es una tiranía de tomo y lomo. Las multas de tráfico son un impuesto más por el hecho de disponer de un vehículo y de circular con él, un impuesto más a sumar al de matriculación, al de circulación municipal, al IVA, al de los combustibles y a tantos otros (en el tercer video de esta serie se explican estas y otras cosas). Yo lo siento mucho, pero no paso por el aro: los burros no vuelan, ni van a volar nunca. Ya he colocado otro “ladrillo”, lo lamento. Saludos.
_________________ La carretera es la vida (Jack Kerouac). http://route-1963.blogspot.com/
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