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Hola a tod@s:
Este ZIS estaba en un desguace que hay a la entrada (lado Zaragoza) de Teruel.
En el siempre había muchos vehículos antiguos, pues se dedicaba a recolectar casi todos los servicios públicos de la zona: autobuses urbanos, autocares, bomberos, MOP, etc.
En febrero de 1998, bajaba al Motor-Época de Valencia con un amigo, cuando decidimos parar para ver más de cerca aquellos vehículos, incluidos dos “cabezones” que tenía fuera de la campa.
Muy respetuoso con todo lo que no es mío, hice algunas fotos desde fuera al ZIS y a los “cabezones” funcionando (lo que yo esperaba) como reclamo para que apareciera el dueño.
Sus 150 kilos de humanidad y por lo menos otros 10 de grasa y roña, bajo una camiseta que algún día dicen fue blanca, su abultada barrigota y unos pantalones que no arrancaban precisamente de la cintura, vinieron hacia mí.
Espetó más que preguntó, que si quería algo. Casi susurré que me gustaban los vehículos clásicos y me atreví a preguntar si podía pasar a hacer algunas fotos.
Mi pregunta nunca obtuvo respuesta. Tras unos segundos que me parecieron eternos, de su boca salió otra pregunta: ¿Cuánto me vas a pagar por hacer fotos…?
A riesgo de que le sentara mal, me di media vuelta y me marché sin responderle. Busqué desesperadamente a mi amigo (al que no sentí a mi lado en el transcurso de esta pequeña entrevista) y observé cómo me hacía señas ya casi junto al coche.
Arrancamos y le dije: “Desde luego, mira que dejarme sólo ante ese mastodonte…”
Y él simplemente me regaló un anagrama de Pegaso, que hasta minutos antes (y desde hacía muchos años) había estado unido a un “cabezón”.
Luego comenté el caso con otros aficionados y parece que ese era el recibimiento que dispensaba ese hombre a todos los “cazadores de imágenes”.
Un saludo,
Miguel
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