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Hoy es sin duda, un día diferente…
Por motivos personales, he estado 20 días sin visitar el foro. Ayer lo hice por primera vez y repasé las novedades que se habían acumulado. Hoy tenía que responder a algunos temas que habían surgido u otros que se habían quedado sin respuesta anteriormente. Incluso ya tenía preparados otros, que esperaba fueran de vuestro agrado.
Los guardaré en una carpeta, no creo tener fuerzas de alimentar a un moribundo en contra de su deseo.
La llamada telefónica de un amigo me ha dado la mala noticia. Ha sido un jarro de agua fría, un “estaré soñando” que desgraciadamente no se ha cumplido.
En primer lugar, mis respetos a la decisión de Juan Manuel. Cuando alguien toma una decisión de este calibre, seguro que ha sopesado largo y tendido los pros y los contras de tomarla. No seré yo quien le pida ninguna explicación más de las que ha dado, pues imagino lo mal que él (el primero) lo está pasando y creo que hay que respetarlo.
Otra cosa es compartir o no su decisión. Entiendo a quienes quieren seguir con vía64 por encima de todo, a quienes quieren reconvertirlo, a quienes ya tiene un sucesor, a quienes no volverán a participar en un foro, a quienes buscarán (o ya han buscado…) otro, a quienes están enfadados, a quienes están tristes, a quienes ya no quieren ni decir adiós, a quienes reclaman su parte de éxito (cierto es) de este foro.
Yo no voy tan siquiera a aprovechar estos días de “foro vegetativo”, para guardar imágenes o documentos. Lo que no hice hasta hoy, lo daré por perdido, ya que quizás en el fondo es que no me interese demasiado. Si hiciera lo contrario, me parecería participar en un saqueo, robarle la cartera a un accidentado, traicionarme. Me quedaré con el dato de que tengo 554 amigos (los usuarios registrados), y que mi último amigo se llama “eva” (bonita paradoja, ¿no fue ella la segunda en habitar este planeta?).
Tengo que agradecer a Juan Manuel y a vía64, el haber disfrutado de la compañía de tantos amigos. Con quienes no han llegado ni a participar, con quienes haciéndolo no he cruzado ni un solo mensaje, con los que he compartido temas a cual más apasionante, con quienes he intercambiado mensajes privados, a quienes he llegado a conocer en persona, a quienes espero hacerlo a pesar del “the end”, y a un amigo muy especial al que no hace falta citar.
Creo que me estoy enrollando en exceso, me estoy poniendo nostálgico. Un 29 de julio del pasado año me registré en esta santa casa (en mi primera experiencia “foril”) y este es mi mensaje número 505. Ni es mucho tiempo, ni son muchos mensajes, pero echaré mucho de menos el tomar un café (o un asiático) en vuestra compañía. También es cierto que he vivido 46 años sin él.
A Juan Manuel quiero decirle muy especialmente, que aquí estoy por si en algún momento decide emprender una nueva aventura, incluso si no tiene que ver con nuestra afición. Sus dotes y experiencia le avalan sobradamente.
Se me quedan muchas cosas en el tintero. Es como quien tiene que abandonar su casa por un incendio y no sabe que llevarse. Me llevaré la amistad, los recuerdos, la tolerancia y la amabilidad. Todo esto me cabe en los bolsillos y en definitiva, es lo más importante.
Os deseo a todos y cada uno, lo mejor en esta vida.
No dudéis que volveremos a vernos.
Un fuerte abrazo,
Miguel Pascual Laborda
